EL SUEÑO DE NUESTRAS VIDAS

25/01/ 2012








La blanca luz de la luna, se refleja en las aguas Cristalinas y a la vez tan puras, como las aguas que corren en el nacimiento del Riu Llobregat, allí por Castellar de Nug, però ahora estoy mucho más lejos... estoy en la tierra de nadie, donde la mayoría de tierra, y arena, aún no están ni pisadas por personas, a parte de por nosotros dos; Mi pareja y yo. Altas palmeras, que parecen artificiales, pero que la brisa que percibo des de el porche, y que las hace mover, me dicen que son 100% reales, con esas grandes hojas verdes, intactas, que van mirando el pasar de los años, sin que nadie, de momento, las manipule a su antojo.

Por las noches, no recorro los alrededores, por si hay algún animalito fiero suelto, aunque ya nos comentaron antes de venirnos a vivir, que no hay grandes depredadores, pero que hay que ir con cuidado, sobretodo con las serpientes, esas tan grandes, … si... las Anacondas, creo que son...y en el agua con algún que otro pez erizo...però como es tan clarita el agua, ya vamos con cuidado, incluso por si aparece un GRAN BLANCO ,(tiburón )no es común que aparezca ni un GRAN BLANCO,ni un tiburón, pero de la orillita mejor no pasar...

De día, si que puedo apreciar más todo lo que nos rodea, esos grandes arbustos con esas flores,de colorido tan diferente, amarillas, rojas, rosas,etc y de aspecto tan diferente a las de Barcelona...se pueden decir que son, puramente salvajes. Mientras observo las plantas de diferente tipología, puedo apreciar, los frutos prohibidos, mas que nada, porque todavía no entendemos de ellos... ¿ tienen formas tan sumamente diferentes? Algunos parecen muy apetitosos, pero prefiero ir a comprar los frutos en el mercado que hay en el centro, cada mañana, hasta que no me aprenda en mis ratos libres, lo que son cada uno de ellos...

Y el Sol, ¡Qué decir de este fantástico Sol, y de esta fantástica temperatura! que no nos abrasa tanto como el del Mediterráneo, y ¡Qué te hace soportar calores que allí en Barcelona no aguantaríamos!...

La arena, fina, de ese color amarillento tan puro, limpia, como nunca antes había visto ninguna, me hace poder relajarme, y poder apreciar, la brisa, que al igual que al atardecer, y más tarde a la noche, me hacen reflexionar y pensar que por fin estoy donde quiero estar y con quien siempre quise estar.

La tranquilidad del lugar, invade mis sentimientos, y las tensiones que me provocaban vivir en las urbanizaciones, llenas de coches, de ruido, de gente en demasía, etc, ahora se han convertido en paz, y en una introspección, hacia mi misma, y hacia mis próximos objetivos en la vida.

Esta pequeña casita frente a esta gran parte del mundo, un mundo puro, natural, sin ruidos, ni coches, que me ha llevado a mi paz interior, no es grande, ni voluntuosa, está pintada de colores pasteles, y adornada con muebles puramente hechos de madera reciclada,etc. No tenemos sofisticación alguna, simplemente lo imprescindible para vivir, agua potable, agua para la higiene y la limpieza, luz, y incluso gas, aunque parezca mentira. Pero lo que más me gusta de este lugar, es cuando cae la noche, y puedo disfrutar de este fantástico porche, sentada en mi balancín, y mi chico en el suyo, tomando dos San Francisco, el mío sin alcohol, por supuesto, y con mucha grosella, que me encanta, y observamos hasta llegada la hora de ir a la cama, como la Luna se refleja en ese agua, donde durante el día me he bañado ( poco más allá de la orilla, porque aún no me fío ) mientras pensaba en Barcelona, y en todo lo que me he dejado allí, pero a la vez, en todo lo que puedo llegar a hacer aquí, mi vida junto a la persona a la que quiero y quiero compartir el resto de mi vida, y que ahora me trae una pequeña mantita, para que los dos, acomodados, miremos y a la vez apreciemos el paisaje o lo que podamos ver de él a través del resplandor de la Luna blanca y redonda que nos deleita hoy. Ahora solo puedo notar el poquito viento frío que hace, y mientras me estremezco aún más debajo de la manta, mi chico, me pasa su brazo por detrás de mi espalda, y me acurruca encima de su hombro, mientras me dice: - “ No solo es el lugar el que me hace feliz, por que me costó mucho venir hasta aquí hasta que tú ya no podías insistir más, es estar contigo, a tu lado, y sentir que este sitio mágico, aún nos hace estar más unidos.. jamás en la vida, me arrepentiré de haber venido hasta aquí, por el mero hecho, de levantarme cada día y ver como duermes plácidamente, y sabiendo que aquí eres más feliz que en ningún otro sitio, aquí quiero vivir toda mi vida junto a ti...” - Y cuando yo le iba a contestar, él, levantó su dedo levemente hacia mis labios, y me hizo callar con un gesto cariñoso... inmediatamente después, el beso que propició hacia mi frente, me hizo quedarme levemente dormida, entre el calor de sus brazos y el suave baibén de la brisa del mar.





Sara.