miércoles, 12 de junio de 2013

EL ZAPATERO RAIMUNDO Y LA PRINCESA



Hace muchos años, en un lugar lejano donde todo era campo se encontraba el poblado de Évole.

No era un poblado muy grande, pero lo suficiente para tener un reinado.

En este poblado rodeado de árboles frutales y lagos, se encontraban nuestros protagonistas. Reinalda princesa del reino de Évole y Raimundo el zapatero del pueblo.

Se acercaba el cumpleaños de Reinalda y su padre el Rey Casimiro había pensado en regalarle unos zapatos hechos a medida de oro y diamantes, ya que Reinalda ese año cumplía los 18 años de edad. Por supuesto en el reinado disponían de uno de los mejores, por no decir el mejor, zapatero del país y iba a ser el encargado en primera instancia de hacerle los zapatos a la princesa.

Un día, la princesa bajó al mercado del poblado a dar un paseo, como solía hacer todos los Jueves de todas las semanas. La princesa siempre se paraba en la parada de vestidos, pero esta vez se percató de que había una parada que nunca había visto, al igual como tampoco nunca antes había visto a alguien tan bien plantado y apuesto como lo era el joven zapatero del pueblo. Nunca antes sus ojos se habían parado a observar su parada ni a su dueño. Le encantaba todo lo que él tenía, todos y cada uno de sus modelos de zapatos, y pensó en pedirles unos a su padre.

Raimundo el zapatero apuesto y guapo,al ver a la preciosa princesa delante de su parada y al verla tan encantada, y sobretodo tan bella, quedó atónito y casi tartamudeando quiso regalarle unos zapatos.

Prin- prin-cesa, ¿le gustaría tener un par de zapatos de mi parada?

¿Cual es su nombre apuesto zapatero?

Mi nombre es Raimundo Nicolàs, para servirla.

Encantada. ¿ sabes ? ¡He pensado algo! ¿ Le apetecería venirse conmigo a palacio, y así mostrar todos sus zapatos a mi padre? Es que me he enterado de que me quiere regalar unos para mi 18 cumpleaños, pero no me gustan tanto los zapatos que hace mi zapatero real a los que hace usted.

Seria un placer, pero espero no provocar ninguna riña.

No, tranquilo.- Y la princesa que era tres años más joven que él, le guiñó un ojo-.

Raimundo de seguida cogió todas sus creaciones y se marchó con la princesa ante el Rey.

Hola papá.

Hola hija, ¿ con quién vienes? ¿ Quién es este chico que viene tan cargado y que parece tan apuesto?

Es Raimundo, el zapatero del pueblo y he quedado impresionada del gran talento que tiene papá, me han gustado todos sus modelos de zapatos ¿ podría hacerme unos?

Haber hija, no es por despreciar el talento de este joven, pero tú ya tienes un zapatero que vive en la corte y precisamente le encargué hacer unos zapatos para tu aniversario.

Por favor... ¡ Haber Raimundo, muéstrale a mi padre tu talento!

Raimundo sacó de de su sacó cada uno de los pares de zapatos que llevaba y aunque no llevaban grandes piedras, ni grandes materiales, es cierto que el diseño era original, y acertado para una princesa.

¡Oh! Són preciosos, dijo el Rey, no están hechos con grandes materiales pero posees una gran creatividad y un gran gusto. ¿ Sabes? No solo te voy a encargar a ti los zapatos, sino que además pasarás a formar parte de los trabajadores de la Corte.

Gracias señor, muchísimas gracias.

Pasaron los años y Raimundo seguía haciendo zapatos para la princesa, por la cual cada vez sentía algo más especial, pero el pensaba que un simple zapatero de origen tan humilde, nunca podría estar con alguien como ella.

Un día ella, en su veinticuatro cumpleaños le confesó.

Raimundo, ya han pasado siete años des de que te conozco y aunque han pasado muchos pretendientes por el reinado para casarse conmigo, solo quiero que sepas que des de el primer día que te vi solo tenía ojos para tí.

Raimundo con un haz de valentía le contestó:

Yo también sentí lo mismo por aquél entonces y ahora.

Raimundo quería continuar hablando, pero ellale tapó la boca con el dedo, y le dio el beso más tierno que jamás había dado a nadie, un beso de amor verdadero.

Al año se casaron, y como no, ella llevaba los zapatos más bonitos que jamás había llevado hechos por su propio esposo. El zapatero Raimundo.

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