viernes, 13 de abril de 2012

Carta del sentir, para mi Padre

18/01/2012







Querido Papá:



Como ya sabes me encuentro en tu pueblo, ese pueblo pequeñito, que para llegar hay que atravesar un gran campo de Girasoles... Un campo que me transmite esa paz como la que me transmite todo lo que he vivido hasta ahora en estos pueblecitos del Sur de Andalucía, sus gentes, con esa amabilidad que les caracteriza y ese salero, sus costumbres culinarias que me pirran, aunque no me convienen... esas ganas de fiesta, por la noche, porque por la tarde-noche toca siesta, y sobretodo, y volviendo a la paz, y a la tranquilidad que a veces no encuentro por el Norte, me acuerdo muchísimo de ti... a medida que me voy adentrando en tu pueblo, y atravieso esos grandes campos, pienso en como sería tu infancia correteando por sus calles, entre esas casitas pequeñas de color blanco cada una de ellas, sin ningún bloque de pisos, sin ningún peligro tan grande como el que probablemente podías haber vivido cuando os mudasteis a vivir a Barcelona cuando todavía eras un niño.

¿ Sabes ? Algunas personas, aún se acuerdan de ti, ya sea porque la yaya ha venido a menudo, o bien, por que tienen un vago recuerdo de ti... la esencia de como tu cuerpecito de niño correteando con tus amigos y tu hermano y hermanas, me viene a la vista, y recorro cada una de las calles, intentando imaginar como sería por aquel entonces tu vida, tu infancia, y la de mis tíos y abuelos. Es grande la acogida por parte de todos los habitantes del pueblo, y una gran admiración, puedo compararlo como la película española “ Bienvenido Mister Marsall” , no se por que he creado tanta expectación..

Tienen tradiciones tan distintas... pero a la vez y para mi gusto maravillosas: elegir la reina del pueblo de belleza y hacer un museo sobre ello, realizar una procesión con el Cristo de la Expiración, etc y créeme Papa, no sé, de donde salía tanta gente, porque durante el día, cuando pica más el sol, parece un pequeño pueblo fantasma... ¡Tienen hasta su banda de música propia siendo un pueblo tan chiquitito como es !... pero sus gentes, y sus ganas por hacer cosas, hace que tu pueblo sea grande, no importa el tamaño, ni la envergadura, importa el calor que se respira no solo por la temperatura, si nò por las ganas de hacer las cosas, pero a su debido momento, y sin prisas, se respira esa creencia en lo religioso, el como por cuestas de difícil acceso para algunas personas mayores, aún se ven con fuerzas con tal de seguir aquello por lo que creen...

Me llevo de aquí tantas cosas... Tanta Paz... Que no tengo ganas de marcharme, si no fuera por verte a ti, y a todos los que estáis en Barcelona... Aunque aquí también me dejo parte de familia, a la que adoro.

Mientras vuelvo a atravesar estos campos, ahora percibo y vienen a mi memoria todo lo acontecido y todo lo que he vivido, que no es poco, pero que ha sido demasiado corto y demasiado intenso a la vez, tengo que volver, lo tengo claro... ahora el camino se me hace demasiado rápido, mientras que cuando llegaba se me hacía largo...

Tengo ganas de verte, de veros a todos, pero no he dejado de pensar ni en un solo momento, lo feliz que hubiera sido si tú, hubieras podido venir conmigo, y retomar aquello que dejaste cuando aún eras un mocoso. No se lo que me depara el destino, pero si sé, que algún día me gustaría volver a tu pueblo, Torrecardela, pero esta vez contigo, Papá.



De tu hija que te quiere, y que ya pronto la tendrás en casa.



Sara

No hay comentarios:

Publicar un comentario