LO QUE SE SIENTE POR UN
HIJO
No
atravesábamos una buena época por aquellos entonces, hacía dos
meses habíamos perdido a nuestro único hijo en un accidente de moto
a pocos kilómetros de casa, estaban a punto de deshauciarnos, debido
a que mi mujer al coger la baja por depresión fue despedida y
tampoco teníamos las fuerzas suficientes como para recurrir a ningún
sitio, sólo teníamos mi humilde sueldo de brigadista del
Ayuntamiento, y alguna ayuda que nos facilitaba la Asistenta de
nuestra población, pero contadas veces y de manera muy escasa. Lo
entiendo, somos muchas personas las que actualmente estamos pasándolo
muy mal económicamente... pero es que a nosotros se nos ha juntado
tantísimas cosas. Yo, intento ser fuerte, no mostrar debilidad, pero
no puedo negar que cuando ella no está, lloro a escondidas, por lo
que más nos duele, la pérdida de nuestro único hijo.
Eran
las 18 horas de la tarde cuando abrí la puerta de la que todavía
era nuestra casa, me dirigí al comedor, y allí estaba mi mujer, su
semblante triste, mirada perdida, parecía, como si una vez más
hubiera estado llorando. Llevaba puesta la bata que le regalé hace
dos días, para el día de su cumpleaños, y las zapatillas a juego.
Llevaba dos meses sin vestirse, sin salir a la calle y sin querer
recibir visita. Por supuesto, no sabía nada del deshaucio. Al
verme, se incorporó despacio des de el sofá donde se hallaba, y se
mantuvo en pie unos instantes. Ahora su mirada se dirigía hacia mi,
y yo, no como acostumbraba a pasar, intuía un cierto brillo en sus
ojos... me estaba esperando. Inmediatamente y antes de que pudiera
abrazarla, se desplomó. Cayó al suelo como un saco sin que pudiera
sostenerla... y me percaté de lo sucedido. En la mesita, al lado del
sofá, había lo que más me temía, el frasco casi vacío de los
tranquilizantes y antidepresivos que el médico le había recetado...
no se como pudo encontrarlos, pero lo hizo. Indudablemente no tardé
ni medio segundo en llamar a una ambulancia, y me fui con ella al
hospital.
Ahora,
después de todo el proceso de desintoxicación, está fuera de
peligro
Ahora
descansa y observo como su pelo, cae sobre sus hombros y sus manos
sobre su regazo. Permanece inmóvil, mientras plácidamente respira,
como si estuviera dentro de un sueño de paz. Nunca antes me había
parado a observar su belleza, la serenidad que ahora desprendía, lo
bella que era, ni tampoco paraba en pensar en la suerte tan enorme
que había tenido en encontrarla en mi camino.
Mientras
observaba inmóvil a mi mujer, ella dulcemente abrió los ojos y me
miró.
Ahora,
ella se recupera lentamente, gracias también a la ayuda de un
psicólogo y un psiquiatra especialista en estos casos, donde yo
también voy...
Estoy
a su lado a cada momento, y cada segundo que pasa, con mi mano
enlazándose con la suya, no quiero perder a nadie más a quien
quiero.
Ya
han pasado tres meses, ya nos han dicho los médicos que pronto
volveremos a casa, y que ahora el seguimiento lo haremos des de allí,
con todo el equipo de psicólogos, psiquiatras,etc. Me han dicho que
ahora tengo un papel enormemente importante, cuidar de ella, cuidar
de mi... empezando por algo que a ella siempre le ha gustado... por
eso ahora, nada más llegar a casa, plantaremos geranios, sus flores
preferidas, y de todos los colores además. No solo tienen que
iluminar nuestras ventanas, ahora también deben intentar poco a
poco iluminar su vida, porque si ella mejora, yo también cada día
estaré mejor... Bienvenida Primavera!
NI
mamà ni yo te olvidamos Félix, en cada uno de estos geranios está
tu luz.
Te
queremos y te querremos siempre.
Papà
y Mamà.
No hay comentarios:
Publicar un comentario